miércoles, 16 de abril de 2014

CUENTO: EL PINTOR

Había una vez un pintor que quería pintar un cuadro con muchos, muchos colores. Así que cogió un lienzo y empezó a ponerlos todos: rojo, azul, amarillo, verde…no dejó ni un solo espacio en blanco. El cuadro había quedado bonito, pero… ¿tal vez había demasiado color?
ENSEÑAR LA IMAGEN DEL CUADRO Nº1



   Por la noche, cuando el pintor se fue a descansar, los colores del cuadro empezaron a hablar todos a la vez, cada uno con su propia historia, allí no había quien se enterase de nada, nadie escuchaba, todos hablaban.
El verde decía que quería cantar, o ¿era el rojo el que quería cantar y el verde bailar?
-No sé- el amarillo creo que quería comerse un pastel y el azul patinar o bailar…
¡Qué guirigay!, ¡qué jaleo!, ¡qué alboroto! Nadie prestaba atención.

Así que el blanco, que estaba en la caja, muy enfadado, porque no había sido utilizado, dijo:
-¡Ya basta, silencio!- Y echando un chorreón por todo el lienzo, lo dejó todo blanco y en silencio.
ENSEÑAR LA IMAGEN DEL CUADRO Nº2

 Por la mañana, cuando el pintor llegó a su estudio y vio el cuadro todo blanco se quedó pasmado y dijo:
-        ¿Dónde están los colores de mi cuadro?, ¿qué ha pasado esta noche?, ¿habrán sido los duendes?, ¿una bruja?...
Y se le ocurrió una idea, volvería a pintar el cuadro y se escondería para ver qué sucedía por la noche en el estudio. Y otra vez pintó con todos los colores sin dejar ningún espacio para el blanco: rojo, azul, verde, amarillo…
Cuando llegó la noche, se escondió detrás del sofá…y entonces vio como los colores empezaban todos a hablar a la vez, nadie se escuchaba, todos querían contar su historia y el blanco, muy enfadado porque no había sido utilizado, los mandó a callar echando un chorretón por todo el cuadro dejándolo todo en blanco. El silencio regresó.
El pintor se quedó asombrado ante lo que vio, pero entonces se dio cuenta de que a su cuadro le faltaba algo blanco para que se pudiese entender mejor. El pintor volvió a pintar el cuadro, pero esta vez no se olvidó del blanco… ¡Ahora sí le gustaba de verdad!

ENSEÑAR LA IMAGEN DEL CUADRO Nº3

Cuando llegó la noche los colores empezaron a hablar, pero ya no lo hacían todos a la vez, ahora se escuchaban los unos a los otros y contaban sus historias esperando a que el otro terminase de contar la suya, así se enteraron que el verde quería ser cantante, que el rojo había ido a bailar a una fiesta y que el amarillo se había comido un pastel de chocolate. El blanco estaba muy contento y ya no tuvo que mandar a callar a los colores nunca más.

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